jueves, 16 de mayo de 2013

Valoración de la actualidad del pensamiento de Ortega y Gasset

En vistas a que esta cuestión, os resulta difícil de plantear, he hecho una incursión en la red, y este ha sido el resultado. Espero que os sea de provecho. Tampoco es necesario que toméis todas las líneas que aparecen, hacer vosotros una última selección, que os recuerdo que como dice Ortega es la tarea básica del sujeto cognoscente, no ser transparente o bien deformar la realidad, sino seleccionar.

VALORACIÓN DE LA ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO DE ORTEGA

Hoy día el aprendizaje está en función de la vida, aprendemos para la vida; pero también es cierto que la vida humana, que no es una simple vida orgánica, está “determinada” por el aprendizaje. Necesitamos aprender continuamente, porque la vida nos plantea nuevos problemas a los que tenemos que dar respuesta. De hecho, gran parte de los avances científicos o tecnológicos se producen al intentar resolver problemas concretos, dificultades técnicas o alguna necesidad social o psicológica, a las que hay que dar respuesta.

Recientemente ha surgido un conjunto de prácticas filosóficas, que tratan de usar la razón en el sentido orteguiano de orientación a la vida, de respuesta a los problemas que plantea la vida. Se las designa con el nombre de “filosofía práctica” o “asesoramiento filosófico”. No se trata de una filosofía académica sino mundana, o mejor dicho, saca la filosofía académica del reducido ámbito gremial y lo abre al resto de las personas, ante las que se presenta como una ayuda racional, a “su” razón. En esta línea están los llamados “consultorios filosóficos” o libros de autoayuda como Más Platón y menos Prozac de Lou Marinoff.

Respecto a la doctrina del punto de vista, es importante señalar una importante consecuencia de orden práctico, la tolerancia tanto individual como social. Muestra su fecundidad cuando la aplicamos a las sociedades actuales multiculturales. Tanto la población indígena como la inmigrante tienen que ser fieles a su circunstancia histórica, lo que implica que la primera adapte sus costumbres con el fin de favorecer la convivencia con esa nueva población y que la segunda abandone sus pretensiones de aplicar en el nuevo país que le recibe las mismas pautas culturales que en su país de origen.

En el siglo XX, ya desde sus inicios, se han producido una serie de cambios de todo tipo y de forma acelerada (sociales, urbanísticos, trabajo, familia, etc.) Todos estos cambios influyen no solo en nuestro mundo, sino también en nuestro horizonte. Si el horizonte cambia, cambia el sentido que las cosas tienen en el mundo.
Un fenómeno donde se ve con claridad la importancia del horizonte es el cambio generacional. Aquí Ortega fue pionero por la importancia que le concedió al concepto de generación. En la actualidad las diferencias generacionales están a la vista y son con frecuencia fuente de conflicto. Una generación no entiende a la otra porque sus expectativas, su horizonte, son distintos; y como consecuencia, el valor que da a las cosas, su mundo, también es distinto. El horizonte interviene en el proyecto de vida. Si queremos dominar la situación en vez de ser dominados por ella e ir a remolque, necesitamos fabricarnos un proyecto de vida, plantearnos qué queremos hacer y qué queremos ser, y que nuestras decisiones se orienten por ese proyecto. Para establecerlo necesito establecer un horizonte, determinar mis expectativas vitales, que son las que van a dar sentido a mi mundo, a las cosas que hago y a las personas con las que me relaciono.

El debate en torno al valor del estudio y enseñanza de la historia encuentra en el perspectivismo un enfoque interesante: en todo momento histórico el hombre ha encontrado una parte de verdad que en posteriores momentos históricos han olvidado. Su conocimiento nos acercará a partes de la verdad a las que nuestra circunstancia nos impide acceder. La historia es, por tanto, un medio privilegiado para el enriquecimiento.

La filosofía de Ortega se propone como una solución a la crisis de la modernidad. La vida política de su tiempo, oligárquica y fundada en un sistema caciquil, expulsa de sí a la sociedad a la que ni ofrece respuestas ni deja participar. Actualmente se ha difundido la expresión «clase política»: se reconoce la existencia de un grupo de «profesionales de la política» que parecen ocuparse más de sus propios asuntos que de los que preocupan a la sociedad. La consecuencia suele ser el desinterés de los ciudadanos por todo lo que «huele» a política. Los bajos índices de inscripción en los partidos políticos o sindicatos, y la baja participación en muchas consultas electorales prueban ese desinterés reactivo al desinterés de la clase política. Otra consecuencia es el auge de organizaciones políticas alejadas de los partidos tradicionales y que se presentan como alternativas que «responden a las necesidades de los ciudadanos». Por eso, una vez más, las críticas de Ortega a la vida política de su tiempo, una política alejada de la vida concreta, así como sus propuestas de superación, siguen siendo vigentes.

Para terminar la valoración hacemos referencia al valor de la filosofía de Ortega en un tema de máxima actualidad, como es la aprobación del nuevo proyecto de reforma educativa, LOMCE, que reduce a la Filosofía a la mínima expresión. Parece ser que no es de ningún interés que se eduque en la formación de un pensamiento crítico y racional, en la reflexión sobre lo bueno y lo malo, la vida o los fundamentos de nuestra cultura. En definitiva la Filosofía no les parece útil a los responsables de este proyecto educativo. Y ciertamente no lo es como decía Ortega y Gasset en el texto que tuvieron el honor de leer, La Asociación de Filósofos Extremeños (AFEX) y La Plataforma de Defensa de la Filosofía de Extremadura (PDFex), en un acto en la calle el pasado 4 de mayo de 2013, al menos no es útil para sus intereses.

La física sirve para muchas cosas, mientras que la filosofía no sirve para nada. Ya lo dijo conste, un filósofo, el patrón de los filósofos, Aristóteles. Precisamente por eso soy yo filósofo: porque no sirve para nada serlo. La notoria inutilidad de la filosofía es acaso el síntoma más favorable para que veamos en ella el verdadero conocimiento. Una cosa que sirve es una cosa que sirve para otra, y en esa medida es servil. La filosofía, que es la vida auténtica, la vida poseyéndose a sí misma, no es útil para nada ajeno a ella misma. En ella, el hombre es solo siervo de sí mismo, lo cual quiere decir que solo en ella el hombre es señor de sí mismo. Mas, por supuesto, la cosa no tiene importancia. Queda usted en entera libertad de elegir entre estas dos cosas: o ser filósofo o ser sonámbulo”.


Así en una mañana de mayo los filósofos abandonaron su espacio cotidiano y se echaron a la calle, para mostrar a los ciudadanos la importancia de la Filosofía y los ciudadanos los escucharon y agradecidos los ovacionaron con sus aplausos.

2 comentarios:

  1. ¿ Que pensaría el filófoso Ortega y Gasset sobre la aprobación de la ley LOMCE? es para un trabajo en el que tengo que exponer la visión de Ortega sobre un tema de actualidad, y este tema me parece realmente interesante..

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    1. Evidentemente creo que contesta tu cuestión el texto de Ortega que aparece y que intenta dar respuesta a la cuestión para qué sirve la filosofía. La filosofía vale por sí misma, y por esto es muy peligrosa para los que determinan las cosas que deben ser importantes. La LOMCE, pretende hacer alumnos sonámbulos, que vivan un sueño programado, el que la ley crea digno de ser soñado. Espero te valga mi reflexión, pero más que mía es de Ortega. Un saludo

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